18 oct 2013

El mundo es un pañuelo

Este dicho en Eslovenia tiene un sentido muy diferente al de España. Sino porque en Eslovenia solo viven 2 millones de personas y entonces es mucho más fácil encontrarte por casualidad con la gente que ya has conocido en otro lugar hace tiempo.
Pero con todos los encuentros aleatorios sin miedo puedo decirlo en España también. Esto empezó antes de mi llegada a España. Hace 4 años participaba en una formación para monitores en Sicilia, donde conocí 3 Españoles - Javi, Sara y Jesus. En la primavera de 2012 me puse a buscar proyectos de SVE en España y después de un par de meses encontré un proyecto con jóvenes en una ciudad pequeña llamada Caspe, que me llamo mucho atención. Mande un correo para preguntar si ya tienen un voluntario o están todavía en el proceso de búsqueda. La respuesta que llego, me sorprendo muchisimo: "Hola Maja, soy yo, Sara, nos conocemos de Sicilia!" Encontrarnos después de 3 años asi por casualidad me pareció increíble y necesitaba un tiempo para asegurarme de que lo que pasaba era real. A la organización también le gusto mi perfil y al final me escogieron como su voluntaria.
En septiembre estaba en Burgos, participando en evaluación intermedia. En Zaragoza me encontré con otro voluntario, que ya nos conocimos en la formación a la llegada y juntos cogimos el tren a Burgos. Allí nos toco esperar unas dos horas hasta que llegaron los organizadores de la formación con un autobús para llevarnos todos a un albergue juvenil. Me quede con la boca abierta cuando vi, que se esta acercando Álvaro, un monitor, que lo conocí en Cáceres hace 2 años, haciendo un curso dentro del programa Juventud en Acción. El seminario en Cáceres se llamó Appetiser y su objetivo era reunir a los monitores que trabajan a nivel local con los jóvenes de toda Europa, con el fin de darles una primera gran experiencia positiva de la labor internacional de la juventud y para darles a conocer la posibilidad de trabajar en un entorno internacional, haciendo uso del programa Juventud en Acción.
Supongo que el hecho de que me hayan cogido en este proyecto también tiene algo que ver con nuestro conocimiento anterior y que el Appetiser también tiene una parte de culpa para que este hoy en Caspe. Creo que estos dos ejemplos muestran muy claro que el programa Juventud en Acción funciona, que las redes sociales que se forman dentro de los participantes sirven para fomentar el programa y seguir conectando a los jóvenes dentro de Europa. Espero que estos programas no se eliminen el año que viene, porque de verdad merece la pena para todos los jóvenes que les dan una oportunidad única para descubrir sus talentos, desarrollar sus competencias y difundir sus conocimientos por todo el mundo.